La ceniza del volcán de La Palma actúa como insecticida natural

23 Marzo, 2022

Hace ya unos meses que el volcán de la isla de La Palma dejó de rugir. Desde que entrara en erupción, el pasado 19 de septiembre de 2021, hasta que dejó de emitir materiales, el 13 de diciembre de ese mismo año, trascurrieron 85 días en los que la vida de esta isla canaria se vio profundamente afectada. Durante ese tiempo, la lava arrasó multitud de viviendas, negocios, infraestructuras, plantaciones, etc. Allí donde no llegaron las coladas, la abundante ceniza emitida por el volcán se fue depositando progresivamente, complicando la vida de los palmeros, aunque no estuvieran próximos al cono volcánico. Por todo ello, es difícil sacar algo positivo de este acontecimiento geológico. Sin embargo, meses después, la erupción puede tener un efecto beneficioso en una de las principales fuentes económicas de la Isla de la Palma, la agricultura, y más concretamente en su producto estrella, el plátano. Lo vemos a continuación.

Al parecer, la ceniza depositada sobre las plataneras está ayudando a controlar las plagas que afectan a este tipo de plantación. Según los expertos, la ceniza se encuentra acumulada en forma de una fina película, que estaría actuando como repelente o directamente insecticida, frente a los insectos plaga de las plataneras. La ceniza no ha tenido efectos nocivos en estas plantaciones, ni en el sustrato ni tampoco en la propia formación de los frutos, más allá de una apariencia externa menos “atractiva”. Sin embargo, las plagas más habituales que afectan al cultivo del plátano han desaparecido prácticamente. Teniendo en cuenta todo esto, la producción de plátanos podría verse claramente favorecida, gracias a la erupción del volcán.

¿Cómo actúan las cenizas frente a las plagas? Muy sencillo. Los elementos mayoritarios que integran la composición química de las cenizas de un volcán son el oxígeno, el silicio, el aluminio, el hierro, el sodio y el potasio. Todos ellos se adhieren a la superficie corporal de los insectos, resultándoles tóxicos. En concreto, este polvo adherido a la cutícula del insecto actúa adsorbiendo sus ceras naturales, llevándole directamente a la muerte por deshidratación. Además, según los expertos, las cenizas provocan en las plagas repelencia, disuaden a los insectos de poner los huevos en las plantas cubiertas, lo que afecta a su crecimiento poblacional, e incluso puede “confundir” a los insectos a la hora de reconocer a las plantas a las que suelen atacar. Sería además un insecticida de amplio espectro, puesto que la ceniza volcánica afecta al desarrollo y supervivencia de todos los insectos plaga que afectan frecuentemente a las plataneras.

El plátano, como cualquier otro cultivo, suele verse atacado por una lista variada de especies plaga y enfermedades. Entre las plagas, destacan algunos insectos como la denominada araña roja (Tetranychus urticae), la cochinilla de la platanera (Dysmicoccus grassii), el picudo negro (Cosmopolites sordidus) o el taladro de la platanera (Opogona sacchari). Gracias al volcán, la incidencia de todas ellas ha disminuido considerablemente, lo que es una buena noticia, no sólo por el aumento directo de la producción, sino también por la reducción de costes, ya que, por ejemplo, se verá disminuida la aplicación de fitosanitarios que normalmente se emplean para combatirlas.

Sin embargo, si las cenizas son un insecticida de amplio espectro, ¿no perjudican a insectos beneficiosos? La respuesta sería sí, aunque hay que tener en cuenta que las plataneras no se reproducen por semillas ni a través de la polinización, sino a partir de pequeños rebrotes que surgen de su tallo pentagonal. Por tanto, no se alteran en ningún momento el proceso de producción.

Como vemos, existe el lado positivo de una tragedia que afectó a miles de personas. El problema es que este control de plagas natural no durará para siempre, tiene los días contados. Cuando en las plataneras se formen las nuevas hojas, éstas ya no estarán recubiertas por la ceniza, por lo que los insectos plaga pueden volver a aparecer. Sin embargo, lo que sobra ahora mismo en la Isla es ceniza, que podría aplicarse de forma puntual y controlada para luchar contra estas plagas. Algo que no es desde luego nuevo, puesto que es una técnica ancestral que los seres humanos hemos utilizado para combatir a las plagas.