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La plaga de polillas en la final de la Eurocopa

Autographa gamma, las polillas que invadieron la final de la Eurocopa 2016

13 Julio, 2016

El pasado domingo se celebró en el Estadio de Saint-Denis la final de la Eurocopa 2016 que enfrentó a las selecciones de Francia, la anfitriona, y Portugal. La ganadora resultó ser la selección lusa; pero fuera del resultado y de las celebraciones deportivas, una imagen curiosa llamó poderosamente la atención desde antes de que comenzara el encuentro. Ésta fue la invasión del terreno de juego por parte de una “plaga de polillas”. De hecho, así lo han denominado muchos medios de comunicación. Incluso un ejemplar trató de posarse en el lesionado capitán de los portugueses, Cristiano Ronaldo, convirtiéndose en una de las anécdotas del partido.

Aunque vulgarmente se conozcan como polillas, nada tienen que ver con aquellas cuyas larvas devoran la ropa (Tineola sp., Tinea sp.) ni tampoco los productos almacenados (Ephestia sp., Plodia sp.). En realidad son mariposas nocturnas de la Familia Noctuidae, conocidas como plusias (Autographa gamma). Estos insectos se extienden por Europa, norte de África, partes de Asia y Norteamérica. Se caracterizan por ser una especie migratoria. En Europa, durante la primavera y el verano, los adultos se trasladan hacia el norte impulsados por el viento, llegando hasta Islandia y Groenlandia. En el otoño, algunos ejemplares regresan al sur para pasar el invierno en zonas del Mediterráneo y el Mar Negro.

Precisamente, lo que pudo verse durante la final del evento futbolístico fue la consecuencia de este viaje. Las potentes luces del estadio actuaron como atrayentes para las mariposas, que terminaron ocupando todo el recinto deportivo. La imagen del ejemplar posado sobre la estrella portuguesa también tiene su explicación. Y es que muchos lepidópteros, y también otros insectos como las abejas, se alimentan de las lágrimas de otros animales (mamíferos y reptiles principalmente); fenómeno conocido como lacrifagia. La razón es buscar en estas lágrimas un complemento a su dieta basada en el néctar, como son la sal y otros minerales.

Por tanto, la presencia de estas mariposas en el estadio resultó accidental y nada tuvo que ver con ninguna plaga del césped. A este tipo de superficies vegetales pueden atacarle otras especies de lepidópteros como la oruga defoliadora del maíz (Mythimna unipuncta) o los denominados gusanos grises (Noctua sp., Agrotis sp.). También otros insectos como los coleópteros del Género Agriotes o los dípteros del Género Tipula, de los que ya hablamos anteriormente en un artículo. Hay que tener en cuenta que en todos estos ejemplos de plagas los daños suelen ser provocados por las larvas, no por el adulto.

Aun así, A. gamma sí puede llegar a constituir plaga de determinados cultivos herbáceos como el tomate, el pimiento, el melón, la judía, la remolacha, las patatas, los cereales y también la vid. Las orugas, al alimentarse de las hojas, practican orificios en el haz y en el envés, causando la defoliación de la planta. Incluso llegan a atacar también a ciertos frutos como el tomate. Sus efectos pueden llegar a ser muy graves en plántulas jóvenes de semilleros.

Esta aparición masiva de mariposas Autographa no es un fenómeno raro y ha ocurrido ocasionalmente también en España. Años atrás, en la ciudad de Madrid, se vivió una cierta alarma social por la presencia de gran cantidad de “polillas” en sus calles. En esa ocasión, las copiosas lluvias de la primavera ayudaron a que se desarrollara una abundante vegetación que contribuyó a que la supervivencia de las larvas de la especie se incrementara, disparando así el número de ejemplares adultos en vuelo. Transcurridos unos días, la población terminó de desplazarse, por lo que las mariposas desaparecieron de la Capital sin mayores consecuencias.

En definitiva, una particular situación a la que no tenemos por qué referirnos como plaga, más allá de las molestias provocadas a los jugadores, cuerpos técnicos, espectadores y demás personal del estadio. Simplemente un caso curioso en el que el siempre asombroso mundo de los insectos puede llegar a eclipsar, por momentos, a un acontecimiento deportivo de masas.