Hormigas argentinas, la superplaga global

14 Septiembre, 2016

Hace unas semanas hablamos sobre el reto que supone, para las empresas del sector de control de plagas, la globalización como factor dispersante de organismos nocivos por el mundo. Muchos son los ejemplos de especies que han colonizado diferentes partes del planeta gracias a la intervención humana. En el presente artículo, vamos a hablar sobre una especie invasora que, desde hace unos cuantos años, forma parte del catálogo de plagas a combatir en España. Un insecto cuyos tratamientos resultan muy habituales y que podría ocupar perfectamente el podio de la desinsectación junto con cucarachas y chinches. Se trata de la exótica hormiga argentina (Linepithema humile).

La hormiga argentina es un formícido originario de Sudamérica. Por supuesto se la encuentra en Argentina; pero también en Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, gracias a los medios de transporte, el hombre la ha dispersado por todos los continentes, especialmente en las zonas de clima mediterráneo. En España ya había citas confirmadas de la especie en el año 1923, con ejemplares recolectados en Valencia, aunque podría haber llegado unos años antes. A partir de ahí se ha ido expandiendo por distintos territorios, pudiéndola encontrar hoy día en la mayor parte del litoral ibérico, Baleares y Canarias; aunque también existen varias citas fidedignas del interior peninsular, incluido Madrid.

Las obreras de esta especie son de pequeño tamaño, entre los 2,2 y los 2,8 mm, y de color marrón. Las reinas miden entre 4 y 6 mm. Es un insecto omnívoro, alimentándose fundamentalmente de hidratos de carbono las obreras y de proteínas principalmente las reinas y las larvas. Tiene preferencia por los lugares húmedos, a ser posible con presencia permanente de agua; así como por las áreas urbanas, granjas, cultivos irrigados y, en general, zonas ambientalmente degradadas. Sin embargo, no se adapta bien a zonas con climas extremos.

Esta hormiga presenta una serie de características muy particulares que, por otro lado, la convierten en una plaga muy difícil de combatir. Sus sociedades son poligínicas, es decir, existen varias reinas por colonia. Su fecundación se realiza dentro de los nidos, por lo que no se observa vuelo nupcial. La hembra fecundada abandona el nido acompañada de un séquito de obreras, otras reinas y, a veces, machos, con las que funda un nuevo hormiguero. Pero lo verdaderamente asombroso es que dichas colonias pueden llegar a ser extremadamente grandes, formadas por millones de nidos conectados entre sí, en un área de varios miles de kilómetros cuadrados, con billones de obreras, lo que asegura su supervivencia. Existen, por ejemplo, evidencias de una supercolonia europea de hormigas argentinas que se extiende por más de 4.000 kilómetros a través de España, Portugal, Francia e Italia. En 2010, un estudio demostró que existe un solapamiento químico en las señales de las hormigas argentinas que forman parte de una misma supercolonia, aunque éstas estén distanciadas geográficamente. Así, cuando los ejemplares se cruzan con colonias menores, se atacan o se ignoran, mientras que si lo hacen con individuos de la misma supercolonia, cooperan entre si.

Los efectos de L. humile, como plaga, son notables. Se trata de una especie muy agresiva que ataca y destruye nidos de especies nativas de hormigas. Además, puede interrumpir determinados procesos naturales claves, como la dispersión de las semillas de ciertas plantas. En el medio urbano, las infestaciones en viviendas pueden ser graves. Para controlar sus poblaciones es fundamental la prevención, eliminado las posibles fuentes de agua y alimento. Aun así, nos encontramos con un “enemigo” formidable al que combatir, con una gran capacidad de colonización y que el cambio climático ayudará a propagar hacia latitudes más altas.

Recordar que Biodal Control Ambiental ofrece, entre sus servicios de desinsectación, la eliminación de hormigas.