Expertos se reunirán en Valencia para tratar sobre nueva plaga de la fruta

10 Abril, 2015

Una vez más hablamos sobre la irrupción de una nueva plaga invasora en nuestro país. En este caso se trata de la exótica mosca de la fruta asiática Drosophila suzukii, que actualmente está amenazando a varios cultivos de gran importancia económica en Europa.

Es por ello, que el próximo mes de mayo se va a celebrar en la Universidad Politécnica de Valencia un encuentro técnico-científico cuyo objetivo es poner de manifiesto todos los conocimientos y soluciones prácticas que se tienen de esta plaga, poniendo especial énfasis en aquellas investigaciones extranjeras que llevan bastantes años estudiando técnicas para el control de la especie.

D. suzukii es una mosca de la fruta o del vinagre de la familia Drosophilidae, muy polífaga y con preferencias por los climas más bien fríos y húmedos, pero que aun así posee una gran adaptación a un amplio rango de condiciones climáticas. Se trata de una especie autóctona de Asia (China, Japón, Corea y Tailandia) pero que en 2008 ya fue detectada en los Estados Unidos, desde donde se ha extendido rápidamente a otras regiones, causando graves daños. La primera cita en Europa tuvo lugar ese mismo año en Tarragona y poco después apareció también en Italia. Posteriormente ha colonizado diversas áreas de Francia, Suiza, Eslovenia, Croacia, Austria, Alemania y Bélgica. En nuestro país afecta a diversas comunidades como Cataluña, Comunidad Valenciana o Andalucía.

A diferencia de otras especies de drosophilas, posee un oviscapto aserrado que le permite atacar a los frutos sanos que están aún en la planta y no únicamente a los frutos maduros o dañados como es lo habitual en las moscas de la fruta nativas. Las hembras buscan la fruta y depositan los huevos en su interior, donde se desarrollan las larvas que se alimentan activamente de la pulpa. A medida que se desarrolla la larva, alrededor del orificio de puesta, se produce un ablandamiento de la piel del fruto, que hace que el mismo deje de tener valor comercial.

La mosca del vinagre asiática puede atacar a un amplio rango de frutas, tanto cultivadas como silvestres, que tengan la piel fina. En especial, los frutos rojos como la cereza, son sus huéspedes preferidos. Entre las especies cultivadas se ha podido detectar además sobre fresa, frambuesa, uva, ciruela, melocotón, higo, mora o kiwi.

Posee una gran capacidad de dispersión, pasando rápidamente de un huésped a otro en un área determinada. La propagación a larga distancia se produce gracias al tránsito de fruta infestada. Su gran adaptabilidad climática, unido a su gran capacidad reproductiva, puesto que esta mosca puede tener hasta 15 generaciones anuales, hace que esta especie pueda llegar a ser una plaga a nivel mundial.

Para su control son fundamentales las medidas preventivas, basadas en un manejo adecuado de la cosecha. La recolección debe realizarse en el momento óptimo, no dejando que la fruta sobremadure; retirando todos aquellos restos que queden en el campo, que pueden actuar como atrayentes, y destruyéndolos. Es importante la monitorización mediante trampas para su detección. En cuanto al control químico, va dirigido exclusivamente a los adultos, aunque son pocos los productos fitosanitarios actualmente autorizados y sólo de forma excepcional y bajo la autorización pertinente.

Un nuevo reto pues, para el sector del control de plagas.

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